Cuando iba a la escuela me encantaba historia, pero cuando terminé la escuela media opté por ingeniería porque no quería trabajar dando clases, quería ser investigadora... Cuando comencé a cursar cuarto año de ingeniería, me pregunté qué voy a hacer yo trabajando en una industria - para ese entonces daba clases de matemáticas en una escuela media y disfrutaba del trabajo con l@s adolescentes-, así que pedí el pase al profesorado, no perdía ninguna de las materias que había hecho y legitimaba mi rol docente...

Así llegué a la educación, empecé en el 94, tenia 20 años y daba matemáticas en un quinto año... el portero me pedía el cuaderno de comunicaciones cada vez que salía de la escuela, le llevó medio año aceptar que era la profesora...

Más de una mañana, cuando suena el reloj me digo "hoy no quiero ir a la escuela, ¿por qué elegí volver si a mi no me gustaba?", pero cuando voy por el pasillo y mis alumn@s me dicen "eh Tere, podemos..." y a continuación hacen propuestas para la próxima clase, me digo que bueno que volví.

Volviendo al principio, yo quería ser investigadora, y con el tiempo me di cuenta que al fin y al cabo, en eso consiste mi trabajo, busco permanentemente que cada clase sea una posibilidad para explorar nuevas prácticas, nuevas ideas, nuevas propuestas y así voy construyendo mis propios modelos y mis propias teorías ...

Cuando l@s chic@s me preguntan por qué estudié para ser docente, pienso en el camino recorrido y contesto: por casualidad, pero aclaro: soy afortunada, trabajo de lo que estudié y aún en este contexto tan adverso lo disfruto

(En la foto del principio me ven junto a mi hermana... mi faro y mi puerto en medio de tantas ausencias... A ella dedico estos pedacitos de mi alma)